La química del amor

Química amor

El amor crea un vínculo emocional con otras personas que influye considerablemente en nuestras decisiones, sentimientos y reacciones. Si bien esta conexión es común entre todos los seres humanos, la verdad es que pocas veces se conoce su verdadero origen.

Generalmente, el nacimiento del amor es atribuido a factores sociales, espirituales e incluso celestiales. Las personas suelen deducir que la conexión que sienten por alguien se debe a su estatus social, su compatibilidad de caracteres, o incluso la intervención de un ser celestial que ha decidido unir sus caminos.

Sin embargo, científicos de todo el mundo han analizado la actividad cerebral de personas que en un momento determinado sienten los denominados "síntomas de enamoramiento". Estos síntomas incluyen reacciones físicas que consisten en las famosas mariposas en el estómago, sudores, temblores, aceleración del ritmo cardíaco, mareos, entre otros.

A través de rigurosos estudios científicos, se ha logrado determinar que estos síntomas no son más que el producto de un conjunto de reacciones químicas desencadenadas en nuestro cuerpo.

Sentir que ha encontrado al amor de su vida está relacionado con un conjunto de hormonas liberadas en tu cerebro y que son capaces de cambiar tu estado de ánimo y producir importantes reacciones físicas.

¿Qué sustancias químicas intervienen en el amor?

Son diversas las sustancias que están relacionadas con la sensación de enamoramiento. Estas dependen de la etapa en que se encuentre el amor.

En este sentido, en una primera etapa de deseo, las sustancias protagonistas son las feromonas que se encuentran en la orina y el sudor y son las responsables de crear fuertes sensaciones de atracción por el sexo opuesto.

En segundo lugar, la etapa del enamoramiento se caracteriza por generar un conjunto de hormonas como la dopamina, feniletilamina, serotonina y norepinefrina. Todas estas hormonas, trabajando en conjunto, son capaces de generar sensaciones de euforia y satisfacción relacionadas con la presencia de la persona que nos atrae, tales como temblores, sudores, mareos, y un intenso deseo de mantener a la otra persona tan cerca como sea posible.

En una tercera etapa, denominada la etapa del apego, las hormonas responsables de generar calma y deseo de conservar una vida estable con una persona son la oxitocina, vasopresina y la endorfina. Estas son capaces de generar sensaciones de satisfacción relacionadas con tener una pareja estable, empezar una familia y tener hijos.

Los investigadores que han desarrollado estudios sobre la química del amor, atribuyen a todas estas hormonas los diferentes cambios físicos que experimenta una persona al enamorarse. Tal es el efecto, que estas tienen sobre el comportamiento humano, que como toda sustancia química, son capaces de producir adicción, lo que genera comportamientos obsesivos que llevan a satisfacer bajo cualquier pretexto el deseo de sentir la euforia que estas provocan.

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