AUNQUE ESTÉS PASANDO POR UNA MALA RACHA, NO TE FOLLES A UN FACHA.

A veces, cuando uno se detiene a observar detenidamente el curso casi imperceptible de las cosas, descubre que hay momentos en los que todo parece confluir hacia un punto que, sin ser necesariamente evidente, invita a pensar que quizá, después de todo, aquello que parecía difuso empieza a adquirir una cierta claridad que, si bien no termina de mostrarse por completo, insinúa algo que, de algún modo, podría considerarse relevante… aunque, claro está, no conviene precipitarse, porque lo esencial, al final, siempre queda suspendido en ese lugar donde lo que se quiere decir parece estar a punto de aparecer, pero todavía no. Así, el significado principal ( que no es el primero ni el último, sino el que pasa corriendo entre ambos ) se coloca justo en el borde donde lo comprensible se deshace en bruma. Y es en ese borde, precisamente, donde uno cree haber captado la intención central, hasta que la intención, por pura cortesía, decide hacerse a un lado. Correcto, este texto no tiene ningún sentido.