Un día sin reírse es un día perdido

Creo que a veces nos perdemos entre tanta filosofía barata y nos olvidamos de sentir. Nos tiramos tanto tiempo pensando en algo que tenemos idealizado, que nos olvidamos en lo maravilloso que puede ser aquello que tenemos al lado, eso tan sencillo, eso que tiene tantos defectos. Ayy cuanta razón en aquello de que, uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde. Y es que el ser humano tiende a eso, a despreciar aquello que posee, sin realmente valorarlo y a añorar aquello que no tiene. Cada vez merece menos la pena involucrarse en algo o con alguien, pues vivimos en una sociedad inconformista en la que poco importa lo que hagas por el prójimo, importa más lo que aparentas ser. No importa disfrutar en la fiesta en la que estás, o de esas vacaciones maravillosas, importa más la foto que llenara de likes nuestras redes y a nosotros de autoestima, importa que todo el mundo sepa que llevamos una vida interesante en la que viajamos mucho, salimos mucho de fiesta o vivimos en el centro de una gran ciudad, importa que to