Yo una sencilla vendedora de lencería disfruté lo no esperado con una nueva cliente

Soy vendedora de lencería a domicilio, esa mañana me dirigí a casa de una clienta nueva, me recibió con una sonrisa y dos besos. Era una mujer realmente bella, exageradamente guapa y junto con su sonrisa, te hacía sentir tan a gusto como si la conocieses de por vida. Se probó un conjunto rojo, le quedaba como una segunda piel, al abróchale el sostén noté su piel de melocotón, tersa, blanca. Al darse la vuelta, comprobé que sus pezones estaban erectos. Lentamente, se fue poniendo y quitando toda la ropa previamente elegida. Me estaba volviendo loca de deseo el verle su delicioso cuerpo. Me dijo: por qué no te pruebas uno, sin dejarme responder empezó a desnudarme, ella misma me ayudó a ponerme el conjunto, sentía el toque de sus manos como una caricia, tanto que de mis labios escapó un gemido, al darse cuenta sus dedos, agarraron mis pezones, sus labios buscaron los míos para fundirnos en un beso produciéndome una oleada de placer. Su boca, bajó por mi pecho, le acaricié los suyos, ¡Señor! Que moment